El límite lo inventó la línea.
Entonces, apareció el otro lado,
la curiosidad, el vértigo.
La locura sólo es una línea mal
dibujada.
Paseé por ella,
curvándola hasta polarizarla
La moldeé hasta dibujar tu silueta.
La besé hasta hacerla gritar.
Fue mi neurosis y tu psicosis.
Deshize sus nudos y la hilé
hasta que dejó de existir
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